miércoles, 11 de abril de 2012

Estudiantes 2.0 y Profesores 1.0



Alumnos 2.0 y profesores 1.0 #education

by alfredovela
Desde hace mucho tiempo me he dado cuenta de que el sistema educativo que tenemos en la actualidad deja mucho que desear, a los hechos me remito. Tenemos en teoría a la generación de jóvenes mejor formados de la historia, pero sólo en teoría, es decir, que disponen de elevados conocimientos teóricos, pero cuando llegan a las empresas hay que formarlos en materias prácticas, ya que no conocen en absoluto nada acerca del mundo empresarial. Los factores son múltiples y variados, entre los que destaco:
• Los programas educativos son, en la mayoría de los casos, antiguallas sin aplicación alguna en las empresas y además disponemos de titulaciones que no se corresponden con las demandas de la iniciativa privada. La burocracia imposibilita que las titulaciones se adapten con rapidez a los cambios en las empresas, en muchos casos, cuando se aprueba una nueva titulación ya es antigua. O cambiamos los procedimientos o simplemente tiraremos el dinero y minoraremos la productividad de nuestra economía, ya que mucho tiempo de los trabajadores se va en formación que ya deberían tener los alumnos.
• Otro factor que aumenta este alejamiento es el profesorado, que, en la mayoría de los casos, posee elevada cualificación académica, pero nula cualificación laboral. Un porcentaje muy elevado de ellos sólo ha vivido dentro de las paredes de la universidad. En muchos casos no se les permite trabajar en empresas, ya que se les exige dedicación exclusiva. Hoy en día, para ser profesor de universidad se necesitan 3 titulaciones y 8 postgrados y 27 libros publicados, ya que eso otorga muchos puntos. No es posible contratar auténticos profesionales del mundo de la empresa, que a veces no poseen titulación universitaria pero que conocen a la perfección el mundo de las empresas.
• Un tercer problema es tener catedráticos de por vida, que reparten generosamentesus conocimientos con la elevada cifra de 4 ó 6 horas de clase a la semana. Tener el puesto asegurado en la mayoría de los casos merma sustancialmente su motivación. Muchos de esos catedráticos que llevan decenas de años en sus puestos no serían capaces de superar una oposición en condiciones de hoy en día.
• A pesar de que muchas tecnologías llevan años entre nosotros, los centros educativos no las han integrado en sus procesos formativos de manera adecuada. Si uno va a una clase de Derecho, verá a un profesor que repite la lección que ya ha explicado decenas de veces, que podía tener grabada en un vídeo y en clase hacer algo útil.
Podría seguir enumerando más factores que hacen que nuestro sistema educativo genere parados con elevados conocimientos teóricos, que en general no sirven para mucho en los trabajos a los que en teoría están destinados. Ya hemos superado el 50% de paro juvenil y si revisamos el perfil educativo de nuestros jóvenes veremos que no se corresponde con la demanda de puestos de trabajo. Hemos convertido nuestro caro sistema educativo en una fábrica de desempleados sin parangón en el mundo. Cuanto más tardemos en reorientarlo, mayor será el daño ocasionado, que ya es irreversible para varias generaciones.
Tecnologías 2.0 en un mundo de profesores 1.0
Además de lo anteriormente expuesto, si nos damos una vuelta por las aulas de nuestros niños y jóvenes veremos, sin mucho esfuerzo, que las tecnologías que casi todo el mundo usa se quedan a las puertas de colegio. Sí, tenemos ordenadores, pizarras digitales, conexiones a Internet, pero seguimos en la mayoría de los casos con modelos educativos propios del siglo XIX.
Tenemos una tasa muy elevada de fracaso escolar y si miramos el informe PISA es para asustarse. Últimamente hablamos mucho de trastornos de déficit de atención y no nos damos cuenta de que no nos prestan atención porque no utilizamos los medios adecuados. Si miramos a los niños en su tiempo de ocio les vemos usando la televisión, los smartphones, los videojuegos, los ordenadores portátiles y las tablets; mientras que cuando llegamos al aula seguimos anclados en el lápiz y papel del siglo XIX. Muchos todavía dicen eso de "así aprendimos todos", aunque ellos mismos agradecen que existan neurocirujanos y no se siga utilizando la trepanación.
Aunque este tema daría para varias enciclopedias, sólo pretendo despertar las conciencias de los responsables de la educación para que al menos piensen sobre el tema.
Algunas de las ideas sobre las que habría que trabajar son:
• Todos los alumnos que tenemos en las aulas son nativos digitales, y con suerte la mitad de los profesores son inmigrantes digitales, quedando otra mitad a la que el mundo digital le repele, y además hace gala de ello poniendo excusas tan peregrinas como que han llegado tarde a esas tecnologías (he de recordar que no adaptarse a los cambios tecnológicos es motivo de despido procedente según la legislación española), que los alumnos conocen las tecnologías mejor que ellos (entonces, ¿cuándo piensan ponerse las pilas?), que al colegio se va a aprender, no a divertirse (ya, si esto es de lo que hablamos), que los programas educativos son anticuados (pero hacen huelga porque les suben las horas lectivas). Como vemos, sólo son excusas. Si no se sienten motivados y con ganas de trabajar y mejorar, lo tienen muy fácil, que dimitan y se busquen otro trabajo que les motive más. Han de recordar que están jugando con el futuro de nuestros hijos (y de los suyos) y con el futuro de nuestra sociedad.
• Debe abrirse el debate sobre qué tecnologías son las más adecuadas para cada materia y para cada grupo de edad, para intentar conseguir que el amor que los niños y jóvenes tienen a las tecnologías se aproveche a favor de su educación.
Publicado originalmente en Castilla y León Económica
• Intentar no cometer el error de utilizar las tecnologías para seguir haciendo lo mismo que hacíamos con los medios tradicionales, como por ejemplo, poner en Internet los mismos contenidos y en los mismos formatos que ya tienen los niños en papel, utilizar las pizarras digitales como las de tiza o usar ordenadores en el aula sin que los profesores conozcan la técnicas pedagógicas correspondientes para poder aprovechar las ventajas de la herramienta.
• Acabar con esa lacra de llenar los centros educativos de tecnología para en muchos casos dejar que se quede obsoleta en su embalaje original, o porque no se sepa qué hacer con ella o porque no sea adecuada o simplemente porque dependa de las ganas que tenga el encargado de ponerla en funcionamiento.
• Estudiar cómo se utiliza la tecnología en las mejores instituciones educativas del mundo, para intentar aprender de los mejores, dejando esa política de igualar a todos por abajo, ya que de esa manera no conseguiremos aprovechar las mejores capacidades de nuestros alumnos, ya que con esa estúpida política de todos iguales lo que vamos a conseguir es coartar las iniciativas y capacidades de nuestros jóvenes. Para conseguir que cada alumno pueda desarrollar sus capacidades más sobresalientes, la tecnología es un buen aliado.
Como resumen, podríamos decir que tenemos un sistema educativo alejado de la empresa y de la sociedad, que está nutrido por alumnos 2.0 y con profesores, dirigentes y políticos que a duras penas llegan al 1.0.

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