1. Escasa fiabilidad de la tecnología empleada.
Posiblemente el principal problema derivado de la implantación de las TIC en las aulas, acceso lentos a internet, pizarras digitales poco profesionales, proyectores con bombillas que se estropean con facilidad, software obsoleto o incompatible son algunos de los contratiempos que entorpecen la labor docente y restan productividad.
2. Insuficiente competencia digital del profesorado.
Falta formación, el docente en general no dispone de los conocimientos necesarios para aprovechar las ventajas que se derivan del uso de las TIC. ¿Cómo usar las PDI, cómo crear blogs, cómo editar imágenes, etc.? Son preguntas frecuentes que pocas veces se resuelven provechosamente para adoptar con eficacia las nuevas herramientas a la asignatura impartida. Según un Informe de Tecnología Educativa 2011 de la Confederación Española de Centros de Enseñanza, el 45% de los docentes que no usan TIC en el aula por falta de formación.
3. Adopción incondicional de la tecnología.
La tecnología es una poderosa herramienta pero no un fin en sí misma. No ha de adoptarse como una moda impuesta utilizada a todas horas y para todo. Su uso debe ser razonado, planificado y justificado, obedeciendo a criterios pedagógicos. Las TIC no son ni buenas ni malas su éxito depende del uso que se le dé como cualquier otra herramienta.
4. Perpetuar modelos clásicos de enseñanza.
La mayoría de los educadores imparte sus asignaturas utilizando las herramientas TIC de igual forma que se hacía hace un cuarto de siglo. Las matemáticas y la lengua son las asignaturas más favorecidas en el sistema educativo español, por lo que la mayoría de los recursos y aplicaciones se desarrollan para dichos campos del saber. Pero al limitar el uso de las TIC a desarrollar estas inteligencias clásicas, generalmente los hacemos en detrimento del desarrollo del resto de inteligencias.
5. Mantener el diseño y la distribución espacial del aula.
El uso de nuevas y revolucionarias herramientas conlleva un nuevo diseño y una nueva distribución del espacio dando prioridad a la visibilidad y la comunicación entre el alumnado. Como ejemplo podemos comprobar como muchas PDI están dispuestas en la pared con peor visibilidad del aula, ya que la pared más apropiada está ocupada por la pizarra tradicional que no hemos tenido el valor de desplazar.
 6. No disponer de un software de gestión y control del aula.
El profesorado necesita de herramientas que le permitan  conocer el trabajo del alumnado cuando le sea necesario, bien como medida coercitiva, bien para bloquear las pantallas y así atraer la atención hacia las explicaciones, bien como media de seguridad ante la navegación libre.
7. Deficiente capacitación digital paterna.
Es importante formar a los padres/madres en la tecnología que sus hijos/as utilizan en el aula. Cuando algo no se entiende tiende a ser rechazado lo que puede derivar en falta de apoyo al nuevo modelo educativo.

Tras este breve análisis crítico, en el próximo artículo, proporcionaremos consejos para una eficiente integración de las TIC en el aula y así evitar la tecnofobía producida por los cambios radicales que produce la revolución digital en la educación actual.

Referencias:
CECE (2011) Informe de Tecnología Educativa 2011. Madrid.
Gardner, H. (2005) Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Barcelona: Paidós Ibérica.