jueves, 25 de agosto de 2011

Evaluación del desempeño

Evaluación del desempeño

La Resolución de Problemas

Resolución de problemas en la enseñanza aprendizaje de las matemáticas

miércoles, 24 de agosto de 2011

BECAS EDUCOEA


La Organización de los Estados Americanos (OEA) convoca a participar y ofrece ayuda financiera para cubrir un porcentaje de los costos de matrícula en los siguientes cursos y diplomados de actualización profesional, impartidos completamente vía Internet a través del modelo pedagógico del Aula Virtual del Portal Educativo de las Américas (www.educoea.org):

Deadlines to apply for partial and full scholarships listed below are fast approaching. Interested candidates must apply soon.

If for any reasons you cannot view this email, or if the links to information on specific programs have been disabled, please visitwww.oas.org/en/scholarships

EACH SCHOLARSHIP OPPORTUNITY HAS AN E-MAIL ASSOCIATED TO ADDRESS ANY QUESTIONS.
PLEASE DO NOT E-MAIL THE PORTAL

Scholarships Now Available

Full Scholarships for Master’s Programs in Brazil

The OAS and the Coimbra Group of Brazilian Universities are offering 50 full scholarships for eligible 2-year Master’s Programs in Brazil.

  • More than 200 available programs offered by 15 participating universities throughout Brazil.
  • Scholarships cover full tuition, a 1,200RS (approx. US$750) per month stipend and a one-time payment of US$1,500 to help offset the cost of travel.
  • There is no language requirement for native Spanish speakers and native speakers of English or any other language must only demonstrate an intermediate level of Portuguese. Portuguese language support will be offered to all scholarship recipients by host universities.For more information, click here.

Other Great OAS Scholarship Opportunities for Academic Programs

Universidad de los Andes (100% tuition + partial stipend US$200/month)

Midwestern State University (60% tuition)

Structuralia – La Escuela de Organización Industrial (50% tuition)

Structuralia – Golf Business Group (56% tuition)

Structuralia – Universidad Politécnica de Cataluña (40% tuition)

Structuralia – Universidad Internacional de La Rioja (40% tuition)

Structuralia – Universidad Pontificia Comillas (20% tuition)

Universidad Regiomontana (75% tuition)

OAS Emergency Scholarship Program for Haiti (Haitian citizens only)

State University of New York, Empire State College (100% tuition)

OAS Scholarship Opportunities for Professional Development

Structuralia (40%-56% tuition)

OAS Educational Portal of the Americas

OAS - Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Diplomados

Courses in Spanish

Courses in English (50%-100% tuition)

OAS Interest-Free Student Loans for Study in the United States (Leo S. Rowe Fund)

Didn’t find what you were looking for? In addition to the many scholarships and training programs listed above, students from Latin America and the Caribbean studying in the United States may apply for interest-free student loans through the Leo S. Rowe Pan-American Fund. For details and restrictions, please visit the Rowe Fund website.

lunes, 15 de agosto de 2011

Gestión del conocimiento

Vía Carmen alexandra Reyes





En el actual contexto, donde es claro que el conocimiento es el principal motor del sistema productivo, los sistemas de conocimiento se han visto en la tarea de idear mecanismos, construir instrumentos e implementar herramientas tecnológicas que les permitan extractar el conocimiento tácito, presente en la mente de cada una de las personas que conforman su capital humano (e incluso relacional, en términos del conocimiento implícito presente en otros sistemas), con el fin de explicitarlo y ponerlo al servicio de sus intereses, metas y objetivos.
Muchas de estos conjuntos cognitivos, por no decir todos, han encontrado en la gestión del conocimiento todo un proceso propiciador y facilitador de dicha conversión. "Este proceso involucra un conjunto de actividades direccionadas a visionar, diseñar, crear y liderar el manejo y transformación del conocimiento tácito y explícito, con el propósito de generar nuevo conocimiento y establecer procesos permanentes de innovación y mejoramiento continuo, con el ánimo de incrementar la productividad y la competitividad..." (Nonaka, Krogh y Kazuo, 2001).
Es una realidad evidente, entonces, que la gestión del conocimiento se ha convertido en una actividad fundamental, en la que conviven un conjunto de conocimientos, tácitos y explícitos, que se apoyan en el uso y manejo de las tecnologías de la información, y otros soportes y respaldos, para dinamizar sus procesos de conversión cognitiva (Bueno, 1998).
Esta apropiación de procesos de KM ha ocasionado que los sistemas de conocimiento evolucionen hasta convertirse en entidades inteligentes, entendiéndose por este término un sistema socio-técnico abierto capaz de aprender y de transformarse permanentemente y de adaptarse a los cambios externos e internos.
Todo este cúmulo de cambios sistémicos no sería posible sin la transformación del conocimiento tácito (partiendo de lo individual) al conocimiento explícito (teniendo como meta la difusión y el entendimiento colectivo).
Para Nonaka y Takeuchi (1999), el nuevo conocimiento siempre inicia en la mente de los individuos, a través de un proceso cognitivo individual, donde posteriormente pasa a ser transformado en conocimiento social, valioso para el conjunto. Además, los mismos autores afirman que la creación de este nuevo conocimiento se logra a través de un descubrimiento de la relación sinérgica, coherente y articulada entre el conocimiento tácito y el conocimiento explicito en el devenir de la estructura sistémica.
Como se puede apreciar, la creación de conocimiento es una interacción continua de conocimiento tácito y explícito, que parte del individuo y que trasciende, gracias al contacto de dicho individuo con el entorno en el cual se desenvuelve. Al respecto, Berger y Luckmann (2003) señalan que al interactuar en cierto contexto histórico y social las personas comparten información, con la cual construyen un conocimiento social que conforma una realidad, y ésta a su vez, influye en sus juicios, su comportamiento y su propia actitud.
Referencias
Berger, P. & Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad. (1a. ed.). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
Bueno, E. (1998). El capital intangible como clave estratégica en la competencia actual. Boletín de Estudios Económicos, 154 (53), 205-229.
Nonaka, I., Von Krogh, G. & Kazuo, I. (2001). Facilitar la creación del conocimiento: cómo desentrañar el misterio de conocimiento tácito y liberar el poder de la innovación. México D.F., México: Oxford University Press.
Nonaka, I. & Takeuchi, H. (1999). La organización creadora de conocimiento. Cómo las compañías japonesas crean la dinámica de la innovación. México D. F., México: Oxford University Press
Cordialmente,
MIK Fredy Eduardo Vásquez Rizo
Magister en Ciencias de la Información y Administración del Conocimiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey-ITESM, México. Docente y Miembro del Grupo de Investigación en Gestión del Conocimiento y Sociedad de la Información de la Universidad Autónoma de Occidente, Colombia.

Gestión del conocimiento

Vía Carmen alexandra Reyes





En el actual contexto, donde es claro que el conocimiento es el principal motor del sistema productivo, los sistemas de conocimiento se han visto en la tarea de idear mecanismos, construir instrumentos e implementar herramientas tecnológicas que les permitan extractar el conocimiento tácito, presente en la mente de cada una de las personas que conforman su capital humano (e incluso relacional, en términos del conocimiento implícito presente en otros sistemas), con el fin de explicitarlo y ponerlo al servicio de sus intereses, metas y objetivos.
Muchas de estos conjuntos cognitivos, por no decir todos, han encontrado en la gestión del conocimiento todo un proceso propiciador y facilitador de dicha conversión. "Este proceso involucra un conjunto de actividades direccionadas a visionar, diseñar, crear y liderar el manejo y transformación del conocimiento tácito y explícito, con el propósito de generar nuevo conocimiento y establecer procesos permanentes de innovación y mejoramiento continuo, con el ánimo de incrementar la productividad y la competitividad..." (Nonaka, Krogh y Kazuo, 2001).
Es una realidad evidente, entonces, que la gestión del conocimiento se ha convertido en una actividad fundamental, en la que conviven un conjunto de conocimientos, tácitos y explícitos, que se apoyan en el uso y manejo de las tecnologías de la información, y otros soportes y respaldos, para dinamizar sus procesos de conversión cognitiva (Bueno, 1998).
Esta apropiación de procesos de KM ha ocasionado que los sistemas de conocimiento evolucionen hasta convertirse en entidades inteligentes, entendiéndose por este término un sistema socio-técnico abierto capaz de aprender y de transformarse permanentemente y de adaptarse a los cambios externos e internos.
Todo este cúmulo de cambios sistémicos no sería posible sin la transformación del conocimiento tácito (partiendo de lo individual) al conocimiento explícito (teniendo como meta la difusión y el entendimiento colectivo).
Para Nonaka y Takeuchi (1999), el nuevo conocimiento siempre inicia en la mente de los individuos, a través de un proceso cognitivo individual, donde posteriormente pasa a ser transformado en conocimiento social, valioso para el conjunto. Además, los mismos autores afirman que la creación de este nuevo conocimiento se logra a través de un descubrimiento de la relación sinérgica, coherente y articulada entre el conocimiento tácito y el conocimiento explicito en el devenir de la estructura sistémica.
Como se puede apreciar, la creación de conocimiento es una interacción continua de conocimiento tácito y explícito, que parte del individuo y que trasciende, gracias al contacto de dicho individuo con el entorno en el cual se desenvuelve. Al respecto, Berger y Luckmann (2003) señalan que al interactuar en cierto contexto histórico y social las personas comparten información, con la cual construyen un conocimiento social que conforma una realidad, y ésta a su vez, influye en sus juicios, su comportamiento y su propia actitud.
Referencias
Berger, P. & Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad. (1a. ed.). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
Bueno, E. (1998). El capital intangible como clave estratégica en la competencia actual. Boletín de Estudios Económicos, 154 (53), 205-229.
Nonaka, I., Von Krogh, G. & Kazuo, I. (2001). Facilitar la creación del conocimiento: cómo desentrañar el misterio de conocimiento tácito y liberar el poder de la innovación. México D.F., México: Oxford University Press.
Nonaka, I. & Takeuchi, H. (1999). La organización creadora de conocimiento. Cómo las compañías japonesas crean la dinámica de la innovación. México D. F., México: Oxford University Press
Cordialmente,
MIK Fredy Eduardo Vásquez Rizo
Magister en Ciencias de la Información y Administración del Conocimiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey-ITESM, México. Docente y Miembro del Grupo de Investigación en Gestión del Conocimiento y Sociedad de la Información de la Universidad Autónoma de Occidente, Colombia.

Gestión del conocimiento

Vía Carmen alexandra Reyes





En el actual contexto, donde es claro que el conocimiento es el principal motor del sistema productivo, los sistemas de conocimiento se han visto en la tarea de idear mecanismos, construir instrumentos e implementar herramientas tecnológicas que les permitan extractar el conocimiento tácito, presente en la mente de cada una de las personas que conforman su capital humano (e incluso relacional, en términos del conocimiento implícito presente en otros sistemas), con el fin de explicitarlo y ponerlo al servicio de sus intereses, metas y objetivos.
Muchas de estos conjuntos cognitivos, por no decir todos, han encontrado en la gestión del conocimiento todo un proceso propiciador y facilitador de dicha conversión. "Este proceso involucra un conjunto de actividades direccionadas a visionar, diseñar, crear y liderar el manejo y transformación del conocimiento tácito y explícito, con el propósito de generar nuevo conocimiento y establecer procesos permanentes de innovación y mejoramiento continuo, con el ánimo de incrementar la productividad y la competitividad..." (Nonaka, Krogh y Kazuo, 2001).
Es una realidad evidente, entonces, que la gestión del conocimiento se ha convertido en una actividad fundamental, en la que conviven un conjunto de conocimientos, tácitos y explícitos, que se apoyan en el uso y manejo de las tecnologías de la información, y otros soportes y respaldos, para dinamizar sus procesos de conversión cognitiva (Bueno, 1998).
Esta apropiación de procesos de KM ha ocasionado que los sistemas de conocimiento evolucionen hasta convertirse en entidades inteligentes, entendiéndose por este término un sistema socio-técnico abierto capaz de aprender y de transformarse permanentemente y de adaptarse a los cambios externos e internos.
Todo este cúmulo de cambios sistémicos no sería posible sin la transformación del conocimiento tácito (partiendo de lo individual) al conocimiento explícito (teniendo como meta la difusión y el entendimiento colectivo).
Para Nonaka y Takeuchi (1999), el nuevo conocimiento siempre inicia en la mente de los individuos, a través de un proceso cognitivo individual, donde posteriormente pasa a ser transformado en conocimiento social, valioso para el conjunto. Además, los mismos autores afirman que la creación de este nuevo conocimiento se logra a través de un descubrimiento de la relación sinérgica, coherente y articulada entre el conocimiento tácito y el conocimiento explicito en el devenir de la estructura sistémica.
Como se puede apreciar, la creación de conocimiento es una interacción continua de conocimiento tácito y explícito, que parte del individuo y que trasciende, gracias al contacto de dicho individuo con el entorno en el cual se desenvuelve. Al respecto, Berger y Luckmann (2003) señalan que al interactuar en cierto contexto histórico y social las personas comparten información, con la cual construyen un conocimiento social que conforma una realidad, y ésta a su vez, influye en sus juicios, su comportamiento y su propia actitud.
Referencias
Berger, P. & Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad. (1a. ed.). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
Bueno, E. (1998). El capital intangible como clave estratégica en la competencia actual. Boletín de Estudios Económicos, 154 (53), 205-229.
Nonaka, I., Von Krogh, G. & Kazuo, I. (2001). Facilitar la creación del conocimiento: cómo desentrañar el misterio de conocimiento tácito y liberar el poder de la innovación. México D.F., México: Oxford University Press.
Nonaka, I. & Takeuchi, H. (1999). La organización creadora de conocimiento. Cómo las compañías japonesas crean la dinámica de la innovación. México D. F., México: Oxford University Press
Cordialmente,
MIK Fredy Eduardo Vásquez Rizo
Magister en Ciencias de la Información y Administración del Conocimiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey-ITESM, México. Docente y Miembro del Grupo de Investigación en Gestión del Conocimiento y Sociedad de la Información de la Universidad Autónoma de Occidente, Colombia.

Gestión del conocimiento

Vía Carmen alexandra Reyes





En el actual contexto, donde es claro que el conocimiento es el principal motor del sistema productivo, los sistemas de conocimiento se han visto en la tarea de idear mecanismos, construir instrumentos e implementar herramientas tecnológicas que les permitan extractar el conocimiento tácito, presente en la mente de cada una de las personas que conforman su capital humano (e incluso relacional, en términos del conocimiento implícito presente en otros sistemas), con el fin de explicitarlo y ponerlo al servicio de sus intereses, metas y objetivos.
Muchas de estos conjuntos cognitivos, por no decir todos, han encontrado en la gestión del conocimiento todo un proceso propiciador y facilitador de dicha conversión. "Este proceso involucra un conjunto de actividades direccionadas a visionar, diseñar, crear y liderar el manejo y transformación del conocimiento tácito y explícito, con el propósito de generar nuevo conocimiento y establecer procesos permanentes de innovación y mejoramiento continuo, con el ánimo de incrementar la productividad y la competitividad..." (Nonaka, Krogh y Kazuo, 2001).
Es una realidad evidente, entonces, que la gestión del conocimiento se ha convertido en una actividad fundamental, en la que conviven un conjunto de conocimientos, tácitos y explícitos, que se apoyan en el uso y manejo de las tecnologías de la información, y otros soportes y respaldos, para dinamizar sus procesos de conversión cognitiva (Bueno, 1998).
Esta apropiación de procesos de KM ha ocasionado que los sistemas de conocimiento evolucionen hasta convertirse en entidades inteligentes, entendiéndose por este término un sistema socio-técnico abierto capaz de aprender y de transformarse permanentemente y de adaptarse a los cambios externos e internos.
Todo este cúmulo de cambios sistémicos no sería posible sin la transformación del conocimiento tácito (partiendo de lo individual) al conocimiento explícito (teniendo como meta la difusión y el entendimiento colectivo).
Para Nonaka y Takeuchi (1999), el nuevo conocimiento siempre inicia en la mente de los individuos, a través de un proceso cognitivo individual, donde posteriormente pasa a ser transformado en conocimiento social, valioso para el conjunto. Además, los mismos autores afirman que la creación de este nuevo conocimiento se logra a través de un descubrimiento de la relación sinérgica, coherente y articulada entre el conocimiento tácito y el conocimiento explicito en el devenir de la estructura sistémica.
Como se puede apreciar, la creación de conocimiento es una interacción continua de conocimiento tácito y explícito, que parte del individuo y que trasciende, gracias al contacto de dicho individuo con el entorno en el cual se desenvuelve. Al respecto, Berger y Luckmann (2003) señalan que al interactuar en cierto contexto histórico y social las personas comparten información, con la cual construyen un conocimiento social que conforma una realidad, y ésta a su vez, influye en sus juicios, su comportamiento y su propia actitud.
Referencias
Berger, P. & Luckmann, T. (2003). La construcción social de la realidad. (1a. ed.). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
Bueno, E. (1998). El capital intangible como clave estratégica en la competencia actual. Boletín de Estudios Económicos, 154 (53), 205-229.
Nonaka, I., Von Krogh, G. & Kazuo, I. (2001). Facilitar la creación del conocimiento: cómo desentrañar el misterio de conocimiento tácito y liberar el poder de la innovación. México D.F., México: Oxford University Press.
Nonaka, I. & Takeuchi, H. (1999). La organización creadora de conocimiento. Cómo las compañías japonesas crean la dinámica de la innovación. México D. F., México: Oxford University Press
Cordialmente,
MIK Fredy Eduardo Vásquez Rizo
Magister en Ciencias de la Información y Administración del Conocimiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey-ITESM, México. Docente y Miembro del Grupo de Investigación en Gestión del Conocimiento y Sociedad de la Información de la Universidad Autónoma de Occidente, Colombia.

Didáctica de las Matemáticas

Vía Carmen Alexandra Reyes,

La Didáctica de las Matemáticas: una visión general. Juan Antonio García Cruz


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Didáctica de cualquier materia significa, en palabras de Freudenthal (1991, p 45), la organización de los procesos de enseñanza y aprendizaje relevantes para tal materia. Los didactas son organizadores, desarrolladores de educación, autores de libros de texto, profesores de toda clase, incluso los estudiantes que organizan su propio aprendizaje individual o grupal.

Para Brousseau (Kieran, 1998, p.596), la didáctica es la ciencia que se interesa por la producción y comunicación del conocimiento. Saber que es lo que se está produciendo en una situación de enseñanza es el objetivo de la didáctica.

Debido a la complejidad de los procesos presentes en toda situación de enseñanza y aprendizaje, Schoenfeld (1987) postula una hipótesis básica consistente en que, a pesar de la complejidad, las estructuras mentales de los alumnos pueden ser comprendidas y que tal comprensión ayudará a conocer mejor los modos en que el pensamiento y el aprendizaje tienen lugar. El centro de interés es, por lo tanto, explicar qué es lo que produce el pensamiento productivo e identificar las capacidades que permiten resolver problemas significativos.

Para Steiner (1985) la complejidad de los problemas planteados en la didáctica de las matemáticas produce dos reacciones extremas. En la primera están los que afirman que la didáctica de la matemática no puede llegar a ser un campo con fundamentación científica y, por lo tanto, la enseñanza de la matemática es esencialmente un arte. En la segunda postura encontramos aquellos que piensan que es posible la existencia de la didáctica como ciencia y reducen la complejidad de los problemas seleccionando sólo un aspecto parcial al que atribuyen un peso especial dentro del conjunto, dando lugar a diferentes definiciones y visiones de la misma. Steiner considera que la didáctica de la matemática debe tender hacia lo que Piaget denominó transdisciplinariedad lo que situaría a las investigaciones e innovaciones en didáctica dentro de las interacciones entre las múltiples disciplinas, (Psicología, Pedagogía, Sociología entre otras sin olvidar a la propia Matemática como disciplina científica) que permiten avanzar en el conocimiento de los problemas planteados.

La didáctica como actividad general ha tenido un amplio desarrollo en las cuatro últimas décadas de este siglo. Sin embargo, no ha acabado la lucha entre el idealista, que se inclina por potenciar la comprensión mediante una visión amplia de la matemática, y el práctico, que clama por el restablecimiento de las técnicas básicas en interés de la eficiencia y economía en el aprendizaje. Ambas posturas se pueden observar tanto en los grupos de investigadores, innovadores y profesores de matemáticas de los diferentes niveles educativos. Para una visión histórica del desarrollo de la didáctica, remitimos al lector interesado a una reciente publicación (Kilpatrick, Rico y Sierra, 1992), donde el primer autor muestra una amplia panorámica desde una perspectiva internacional, y los otros dos autores se centran más en el desarrollo de la misma en España durante el siglo XX.

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15 de agosto de 2011

Didáctica de las Matemáticas

Vía Carmen Alexandra Reyes,

La Didáctica de las Matemáticas: una visión general. Juan Antonio García Cruz


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Didáctica de cualquier materia significa, en palabras de Freudenthal (1991, p 45), la organización de los procesos de enseñanza y aprendizaje relevantes para tal materia. Los didactas son organizadores, desarrolladores de educación, autores de libros de texto, profesores de toda clase, incluso los estudiantes que organizan su propio aprendizaje individual o grupal.

Para Brousseau (Kieran, 1998, p.596), la didáctica es la ciencia que se interesa por la producción y comunicación del conocimiento. Saber que es lo que se está produciendo en una situación de enseñanza es el objetivo de la didáctica.

Debido a la complejidad de los procesos presentes en toda situación de enseñanza y aprendizaje, Schoenfeld (1987) postula una hipótesis básica consistente en que, a pesar de la complejidad, las estructuras mentales de los alumnos pueden ser comprendidas y que tal comprensión ayudará a conocer mejor los modos en que el pensamiento y el aprendizaje tienen lugar. El centro de interés es, por lo tanto, explicar qué es lo que produce el pensamiento productivo e identificar las capacidades que permiten resolver problemas significativos.

Para Steiner (1985) la complejidad de los problemas planteados en la didáctica de las matemáticas produce dos reacciones extremas. En la primera están los que afirman que la didáctica de la matemática no puede llegar a ser un campo con fundamentación científica y, por lo tanto, la enseñanza de la matemática es esencialmente un arte. En la segunda postura encontramos aquellos que piensan que es posible la existencia de la didáctica como ciencia y reducen la complejidad de los problemas seleccionando sólo un aspecto parcial al que atribuyen un peso especial dentro del conjunto, dando lugar a diferentes definiciones y visiones de la misma. Steiner considera que la didáctica de la matemática debe tender hacia lo que Piaget denominó transdisciplinariedad lo que situaría a las investigaciones e innovaciones en didáctica dentro de las interacciones entre las múltiples disciplinas, (Psicología, Pedagogía, Sociología entre otras sin olvidar a la propia Matemática como disciplina científica) que permiten avanzar en el conocimiento de los problemas planteados.

La didáctica como actividad general ha tenido un amplio desarrollo en las cuatro últimas décadas de este siglo. Sin embargo, no ha acabado la lucha entre el idealista, que se inclina por potenciar la comprensión mediante una visión amplia de la matemática, y el práctico, que clama por el restablecimiento de las técnicas básicas en interés de la eficiencia y economía en el aprendizaje. Ambas posturas se pueden observar tanto en los grupos de investigadores, innovadores y profesores de matemáticas de los diferentes niveles educativos. Para una visión histórica del desarrollo de la didáctica, remitimos al lector interesado a una reciente publicación (Kilpatrick, Rico y Sierra, 1992), donde el primer autor muestra una amplia panorámica desde una perspectiva internacional, y los otros dos autores se centran más en el desarrollo de la misma en España durante el siglo XX.

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15 de agosto de 2011