En la presente entrada se pretende reflexionar y tener un acercamiento a las respuestas de los siguientes interrogantes propuestos por el doctor Wilson Nieto en la asignatura de Ciencia, Tecnología y Sociedad en el marco de la maestría en educación del Sistema de Universidades Estatales del Caribe Colombiano.
¿Qué tipo de implicaciones positivas y negativas se han originado desde la aplicación de la tecnología en el contexto del claustro de la Universidad de Sucre?
¿Cómo se concibe la construcción social del conocimiento para la región Caribe Colombiana en donde las posibilidades de innovación son limitadas?, ¿Cómo promover desde la escuela procesos de transformación para dinamizar la construcción social del conocimiento?.
¿Cuál cree que son los mayores obstáculos para desarrollar un modelo agresivo en materia de I+D+i desde la escuela hasta el ámbito profesional y su articulación con la sociedad?.
CTS quiere decir Ciencia, Tecnología y Sociedad, podemos entenderla como una corriente que trata de precisar los aspectos sociales del fenómeno científico-tecnológico, tanto en lo que respecta a sus condicionantes sociales como en lo que atañe a sus consecuencias sociales y ambientales.
CTS define un campo de trabajo bien consolidado institucionalmente en universidades, centros educativos y administradores públicos de numerosos países industrializados. Dentro de los objetivos de la CTS se pueden señalar:
• Promover la alfabetización científica, mostrando las ciencias como una actividad humana de gran importancia social.
• Estimular o consolidar en los jóvenes la vocación por el estudio de las ciencias y la tecnología, a la vez que la independencia de juicios y un sentido de la responsabilidad crítica.
• Busca favorecer el desarrollo y consolidación de actividades y prácticas democráticas en cuestiones de importancia social relacionadas con la innovación tecnológica o la intervención ambiental.
• Propiciar el compromiso respecto a la integración social de las mujeres y la minoría, así como el estimulo para un desarrollo socioeconómico respetuoso con el medio ambiente, respetuoso de las convenciones sindicales y equitativo con las generaciones futuras.
• Otro de los objetivos de la CTS es el de intentar cerrar la brecha entre la cultura humanística y la cultura científico-técnica que fractura a nuestras sociedades.
Con estas consideraciones preliminares se pueden abordar las implicaciones positivas y negativas que se han originado desde la aplicación de las tecnologías en la Universidad de Sucre de Colombia.
Entre las implicaciones positivas se pueden mencionar el creciente interés del profesorado por actualizarse y estar a tono con los avances tecnológicos, lo cual es generado por la avalancha de información que se recibe y por los nuevos retos y exigencias que nos plantea la sociedad del conocimiento y la información. La competitividad es otro aspecto positivo en la medida en que se deben ofrecer mejores productos y disponer de un portafolio de servicios que satisfaga las necesidades de los estudiantes y del mercado y nos haga mejores frente a la competencia, la sistematización de los sistemas de información y de los diferentes servicios que se ofrecen dentro y fuera de la universidad.
Así como se anotaba anteriormente la competitividad nos obliga a ofrecer un servicio que este a la par de las mejores universidades del país, como son realización de las matriculas en línea, oferta de cursos virtuales, sistematización óptima de toda la base de datos que conduzcan a bajar los costos y ser más eficientes en las actividades a desarrollar, la adopción de nuevos modelos de enseñanza acordes con los nuevos cambios de la sociedad del conocimiento que incentiven una vocación por la ciencia y la tecnología, y en la que la selección de los contenidos tenga más en cuenta la relevancia social de los temas.
Frente a la globalización de la economía se requiere formar individuos para que interactúen en diferentes contextos y se puedan movilizar libremente dentro de la jungla de la información y la comunicación. Se requiere formar individuos capaces de gestionar su propio conocimiento, capaces de interactuar dinámicamente con equipos de trabajo de una manera sincrónica y asincrónica, que sean reflexivos y críticos frente al devenir de su práctica profesional, capaces de movilizar conocimientos y habilidades, que propicien el desarrollo de competencias del orden superior. Otro aspecto positivo tiene que ver con la preocupación de parte de las directivas de la universidad por insertar currículos flexibles y a desplegar una serie de acciones que conduzcan a la consecución de convenios y alianzas estratégicas con instituciones educativas del orden nacional e internacional con miras a lograr un posicionamiento en el campo de la ciencia y la tecnología y a jalonar el desarrollo regional. Por lo menos se ha visto la intención de ofertar diplomados en e-learning y en tutoría virtual en convenio con el M.E.N., buscando capacitar al recurso docente en el uso y en el manejo de los ambientes virtuales de aprendizaje.
Entre las implicaciones negativas se tiene el creer que con la tecnología todos los problemas se van a solucionar. Desde este punto de vista se puede pensar en un enfoque reduccionista, pues no se puede, ni tampoco se debe sustraer al docente del acto educativo, pues en últimas, él es quien decide cuándo, cómo, dónde y con quién se utilizan las tecnologías. La falta de programas de cualificación permanente en ciencia y tecnología se podría mirar como un aspecto negativo y los rubros irrisorios que se destinan en esta línea en el presupuesto general de la universidad no son suficientes para tratar de resolver esta cuestión. Si bien existe una honda preocupación por estar a tono con los avances tecnológicos no se es consecuente con este pensamiento, más bien se tiene una visión poco futurista y no se promueven programas que consoliden un equipo docente con altas competencias en I+D+i.
No se cuenta con una plataforma propia, para poder ofrecer un portafolio de servicios acorde con las exigencias de este mundo tecnificado, no se cuenta con la infraestructura necesaria para poder sistematizar los procesos académicos investigativos. Las bases de datos se trabajan de una manera obsoleta, lo cual genera gastos, desgaste del personal encargado del sistema de cómputo y traumatismos en los procesos académicos.
En cuanto a la segunda pregunta sobre cuál ha sido la contribución de CTS al desarrollo de los procesos académicos, digamos que a nivel de docente se busca un perfeccionamiento permanente en la metodología de enseñanza y el uso de estrategias didácticas que sean coherentes con las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Desde todo punto de vista el docente siempre está buscando lograr aprendizajes significativos en sus estudiantes y si se tiene la posibilidad de utilizar las tecnologías como mediadores, sean estas bienvenidas, pero siempre con una intención y con una planificación previa, teniendo en cuenta para qué se va a usar y cuales son las implicaciones de su uso tanto positivos como negativos. Desde la perspectiva de los directivos se podría afirmar que el trabajo en equipo con otras universidades nos ofrece una gran oportunidad, por cuanto las posibilidades de ofertar programas de postgrados presencial, a distancia y virtual se multiplican; un ejemplo palpable lo constituye la alianza establecida entre las universidades estatales del Caribe colombiano para ofrecer el programa de maestría en educación, el cual tiene un alto ingrediente interactivo con el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Las posibilidades de los convenios con otras universidades del país y del extranjero nos abre las puertas para ofertar maestrías y doctorados virtuales, lo cual de alguna manera se convierte en una oportunidad para lograr estudios avanzados en el profesorado y la posibilidad de establecer redes con expertos e investigadores en I+D+i con universidades del país y del extranjero. Como investigador se nos ofrece un abanico de oportunidades, en primera instancia para establecer alianzas con grupos de investigación reconocidos por Colciencias, otro aspecto es la posibilidad de participar en foros de discusión académicos a nivel nacional e internacional en tópicos propios de los campos de investigación, la conformación de redes de aprendizaje a nivel universitario, al igual que utilizar este medio tecnológico como mediador para potenciar los desempeños de los estudiantes. El grupo de investigación PEMA debe abanderar el fortalecimiento del componente investigativo de la Facultad de Educación y Ciencias en la línea de la enseñanza y el aprendizaje de la matemática. Se observa que a nivel nacional no son copiosas las investigaciones en esta línea y se podría pensar en un posicionamiento a nivel regional y nacional en esta línea mediada con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
La construcción social del conocimiento implica muchos factores entre ellos podemos mencionar las participaciones públicas en las decisiones que atañe a la ciencia y la tecnología, que implica una profunda reflexión en torno a las consecuencias y los efectos del uso desmesurado de las nuevas tecnologías, así como el análisis, bajo la asesoría de expertos, de cual tecnología - ya sea blanda o dura - se podría implementar para ser competitivos y estar a la par con los avances científicos-tecnológicos.
A quién no le preocupa el desgaste de la capa de ozono del planeta, las investigaciones que se realizan sobre el genoma humano, la superpoblación del planeta y sus consecuencias nefastas de una gradual disminución de los abastecimientos en comida, la producción de alimentos transgénicos; son cuestiones que no se pueden dejar al margen en este mundo interconectado y globalizado, donde lo que ocurra en una porción del planeta puede repercutir en toda la globalidad. La gran preocupación de los científicos frente a la incesante deforestación de los bosques del planeta, la avasalladora carrera por tecnificar los campos con el consecuente desabastecimiento de productos agrícolas naturales, el calentamiento global que ya comenzamos a padecer con elevadas temperaturas muy por encima de lo normal, son aspectos que nos debe llevar a reflexionar hacia dónde vamos con el avance tecnológico. ¿Será que la especie humana tenderá a desaparecer con el transcurrir de los años? ¿Será que el ser humano será victima de sus propios inventos?.
Un ejemplo que de alguna manera evidencia la construcción social del conocimiento se podría evidenciar en la construcción del plan decenal de educación, donde parece ser se le dio amplia participación a diferentes sectores de la sociedad a fin de consolidar una carta de navegación que orientará el proceso educativo en los próximos diez años en la educación colombiana. Para que exista una verdadera construcción social del conocimiento debe existir democracia, participación - entre otros aspectos - y se deben facilitar las acciones de los diferentes actores del hecho educativo. Nuestra región azotada por la parapolítica, por altos índice de corrupción en nuestros dirigentes y por el clientelismo burocrático, es muy débil en este aspecto, parecería utópico pensar en la construcción social del conocimiento en nuestra región, pero podríamos ensayar desde nuestra universidad, por ejemplo con la puesta en escena de un plan de desarrollo del alma máter que nos enrrumbe por el océano de la diversidad y la competitividad y nos de luces para seguir avanzando en la consolidación y construcción de una identidad propia con nuestras creencias, costumbres de frente a la competitividad y los retos y desafíos que nos depara el siglo XXI y nos lleve a anclar en puerto seguro.
Desde una perspectiva social el avance en ciencia y tecnología debe realizarse sobre buenas bases educativas, donde exista un verdadero compromiso democrático que potencie la participación democrática, el consenso, la discusión y la conveniencia social. Desde esta óptica la política científico-tecnológica es un asunto público que esta permeada por factores culturales, sociales y económicos y donde se asume el dialogo como una forma de relación social. En este sentido se debería procurar y favorecer la valoración y el control públicos por parte de los ciudadanos sobre el desarrollo tecnocientífico. Esto significa proporcionar las bases educativas para una participación social formada y también crear los mecanismos institucionales que hagan posible tal participación (Martín, 2003).
Desde una visión social la actividad tecnocientifica debe verse como un proceso donde el acento debe ponerse en la búsqueda del equilibrio racional entre Ciencia, Tecnología, Sociedad y Educación superior, evitando caer en los apasionamientos por la tecnología y el caso contrario de una aversión por el uso de herramientas tecnológica, se debe promover la participación pública de los ciudadanos en las decisiones que orienten los desarrollos de Ciencia y tecnología, buscando educar, formar, enseñar, orientar, aprender, desaprender y reflexionar permanentemente sobre estas cuestiones.
Evidentemente, avanzamos hacia una convergencia digital, donde sea posible manejar la radio, televisión y el Internet en la palma de la mano. Avanzamos hacia procesos de multiformación donde tendremos que aprender a toda hora, lo cual plantea nuevos retos a la escuela. El trabajo en equipo, el manejo de una segunda lengua, el dominio mental de paradigmas emergentes, la creatividad e innovación, entre otras, serán algunas de las habilidades, competencias con las que se deberán contar para poder interactuar en esta sociedad del conocimiento.
En la actualidad en las universidades del país en términos de CTS existe un interés más por el conocimiento que por lo social, de hecho no se ha promovido una transformación social CTS, más bien se ha profundizado en el componente disciplinar sin mirar las repercusiones sociales que se generan con los procesos de I+D+i. En este sentido se han atendido más necesidades de orden local sin una mirada global y predominan los modelos paternalistas. Hace falta gestionar con empresas privadas y con organizaciones no gubernamentales internacionales la consecución de recursos que posibiliten la viabilidad de investigaciones en la dirección de CTS, que permitan la adopción de currículos flexibles y a la construcción de tejido social.
Los mayores obstáculos se pueden mirar al interior y al exterior del claustro universitario. Desde el interior, se pueden anotar el conformismo y el pensamiento limitado que se pueda tener de parte del profesorado y de los directivos, que de alguna manera tienen una visión “reducida” y no comprenden la importancia y la trascendencia de la inserción de las nuevas tecnologías en la educación en el momento actual en que vivimos. Las tensiones que se viven al interior de la universidad por la existencia de diversos grupos que se disputan la hegemonía de la administración de la universidad, la confrontación ideológica que se desprende de la anterior lo cual genera traumatismos y talanqueras en los procesos académicos y no se logra configurar una estructura que evidentemente jalone el desarrollo regional.
La poca cualificación del profesorado en el aspecto del I+D+i genera pérdidas de oportunidades de formación de alto nivel y no se pueda competir a la par con otras universidades del país y del extranjero, la falta de investigación básica y de estudios de casos propios del ámbito regional que hagan posible una educación I+D+i con contenidos endógenos y contextualizados, la falta de comprensión de la dirigencia de la envergadura de los cambios frente a la exigencia del nuevo milenio.
También se puede anotar el monopolio que existe por parte de algunas universidades del país en lo que respecta a la puesta en marcha de procesos e investigaciones en I+D+i, sin dar la oportunidad a las universidades de “provincia” de crecer en este aspecto, la concepción paternalista que se tiene, donde se ve al estado como principal proveedor de recursos, las instituciones educativas deben adecuar sus currículos para hacerle frente a la mediación instrumental en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Otro obstáculo que se presenta muy a menudo, es la falta de recursos y la falta de un plan estratégico que conduzca a la captación de recursos en procura de un desarrollo sostenible y equilibrado en la línea de CTS. En algunos casos la falta de voluntad política y la tramitología académica obstaculizan la puesta en marcha de convenios y la apertura de programas de alto nivel con otras universidades del país, ocasionalmente se exagera en las revisiones en el seno de los consejos de facultad y consejos académicos y se siente inseguridad de avanzar sobre esta línea.
También se puede mencionar la falta de políticas claras y bien definidas para entrar a ofertar cursos en entornos virtuales de aprendizaje, que posibiliten establecer convenios con universidades del país que han avanzado en esta línea y con organismos internacionales como la O.E.A, UNESCO, Naciones Unidas, entre otros.
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